Cultivar el espíritu sin abandonar tu carta de presentación

Por: Angela Albarracin 

Simple, fácil, conscientemente bello...

¿Suena bien, cierto? Simple, fácil…. Conscientemente bello…. ¡¡Pero todos sabemos que no es fácil!! No, no es fácil. Si queremos resultados, tenemos que trabajar en el proceso. Tenemos que dar lo mejor de nosotros. 

Si queremos ser exitosos en lo que hacemos, entendiendo el éxito como lograr que la vida misma nos genere placer y satisfacción, debemos esforzarnos, saber qué queremos, como lo vamos a hacer, cual es nuestro destino, cual es nuestro plan, como seguirlo, como corregirlo, no desfallecer…. ¿Fácil, cierto?

Si queremos crecer como individuos, cultivar el espíritu para que nuestro paso por la tierra no haya sido en vano, debemos trabajar en nuestra mejor versión, en trabajar conscientemente en lo que sabemos debemos corregir, en generar empatía, en rodearnos de buenos libros, buenos maestros, buenos amigos, que nos ayuden a ser mejores, a superarnos y encontrar nuestra mejor versión. ¿Simple, cierto?

Con el tiempo se me ha ido facilitando ese proceso. Dicen muchos que esa es la ventaja de ganar años, entender muchas cosas que antes se nos hacían más complejas. Entendí que lo difícil del proceso no significa que no se pueda disfrutar del mismo. Y que todo se reduce a esa palabra mágica que todo lo simplifica “Consciente”.

Y entendí que la consciencia con lo que hacemos es lo que nos lleva a crecer en nuestro espíritu, a alimentar la mente con lecturas que nos hagan reflexionar, a cuestionarnos, a movernos de nuestra zona de confort, ¡y disfrutarlo! La conciencia con nuestro cuerpo, con lo que lo alimento, con lo que lo nutro, con los cuidados que tenga con mi piel, para que mi carta de presentación coincida con lo que realmente soy, es simple, fácil, si lo hago conscientemente …